El método hipopresivo, denominado técnicamente ‘Low Pressure Fitness’ (LPF), es el sistema más eficaz para fortalecer esa musculatura profunda del ‘core’, desde la parte baja de las costillas hasta el suelo pélvico, a la que no se llega con los ejercicios habituales.
Se trata de “un conjunto de ejercicios cuya realización conlleva una disminución de la presión en la zona que se está trabajando“ según explica Marcel Caufriez, el doctor en Fisioterapia nacido en Bélgica y especializado en reeducación uroginecológica y sexual que creó esta técnica a finales de la década de los 80 del siglo XX.
Se pueden hacer en cualquier sitio (hasta sentados en una silla). Son muy efectivos y, una vez interiorizada la técnica correcta, sencillos de ejecutar. No requieren un esfuerzo brutal (aunque una buena sesión puede resultar agotadora) y, con apenas unos minutos al día, se pueden observar resultados en poco tiempo.
Beneficios
Esencial en la recuperación del tono muscular tras dar a luz, la técnica hipopresiva al igual que los ejercicios de Kegel es fundamental para evitar las pérdidas urinarias y mejorar la vida sexual, ya que ayuda a fortalecer la musculatura pélvica, aumentar el deseo, prevenir la disfunción eréctil y liberar las hormonas relacionadas con el placer y el bienestar.
¿Cuántos días y minutos deberíamos dedicar a hacer hipopresivos a la semana para comenzar a percibir resultados? Bastaría con reservar 20 minutos, dos días. Los efectos se empiezan a notar entre las primeras 8 y 12 semanas, aproximadamente, tal y como lo avalan diversos estudios.